oda a las piedras

He tropezado tantas veces con la misma piedra
que ya ni si quiera me duele, 
ya ni si quiera me lamento. 
He tropezado tantas veces que ahora temo hacerle daño, 
a esa piedra que siempre está dispuesta 
a darme oportunidades de volver a equivocarme. 


¿Y si en realidad, ese obstáculo del que nos quejamos,
por que aparece una y otra vez,
solo quiere que lo recojamos del suelo y le evitemos mas sufrimiento? 


Siempre nos quejamos de la piedra 
con la que todo el mundo tropieza dos veces 
como mínimo, 
maldita piedra.
pero nadie se acuerda de esa piedra,
que tiene que aguantar vernos caer sobre ella 
una y otra vez, 
y para colmo siempre será su culpa.


Deberíamos tener un poco mas de sentido empático, 
y meternos por el culo el egoísmo, 
que por nuestra culpa,
un millón de piedras están sufriendo en este mismo momento. 


Parecerá una tontería, pero,
¿qué culpa tiene la pobre piedra de que seamos unos patosos de mierda? 
le damos mil patadas, la desgastamos por el suelo
cada vez que se nos cae de las manos, 
para volver a tropezar. 


Una y otra vez se repite el mismo movimiento, 
una y otra vez la buscamos para regocijarnos de su suerte, 
para golpearla,
para tirarla y esconder la mano.


Deberíamos dar mas la cara, y menos la espalda. 
Dar mas besos y menos oportunidades, 
mas las gracias, y menos despedidas. 


Mas pedir perdón, y menos culpar a las piedras del camino,
de lo que nos pasa por gilipollas. 
De nuestros tropiezos, 
y nuestros errores. 


Ellas solo son una víctima mas 
de nuestros movimientos revolucionarios
y de nuestros pasos de ciego, 
con los ojos vendados de mentiras. 

Comentarios

Entradas populares