Sanlúcar - Jerez

Se trataba de lo que el arte era capaz de hacer, 
cuando te quedabas dormido 
y mis ojos te captaban. 

Del silencio, de los detalles de tu cara. 
Se trataba de tu media sonrisa al dormir,
de tus marcas en la cara, 
de la barba a medio afeitar. 

El arte jugaba con tus pestañas, 
que rozaban las mejillas y yo me preguntaba, 
tonta de mi, 
si ellas te hacían mas cosquillas que mi risa. 

Era arte lo que sonaba cuando cerrabas los ojos,
consciente (supongo) de que mientras yo te dibujaba. 
Era Izal de banda sonora un día de lluvía
en el transporte interurbano. 

Arte era el sonido que hacía el silencio,
cuando cerrabas la boca y se encendía el amor.
Y no, calladito no estás mas guapo, 
pero sigues estando precioso. 

Y si, ese mismo día a las 3 p.m,
me diesen a elegir entre mi pausa,
o tus ojos de huracán,
me quedaría por siempre atascada en la tormenta. 

Porque tu forma activa de nunca parar de reír,
te juro que siempre me pondrá de los nervios.
Y por eso el arte hacía eso conmigo
cuando te mantenías callado. 

No había mas que silencio, 
una respiración entrecortada 
y una sonrisa mientras te observaba. 

El arte es conocer la calma,
quedarte a vivir en ella, 
para luego enfrentarte a la tormenta
entendiendo que no hay sol mas radiante 
que ese que despierta. 

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