Mariposa y avispa.

A veces me mirabas a los ojos
y me salían girasoles por la boca.

Me salían enredaderas que casi no me permitían moverme,
y que tu regabas cuando yo tenía un mal día
y pasaba demasiado tiempo llorándole al sol.

Florecía,
florecía y me llamabas primavera.

Y por eso siempre digo que esa es la mejor estación del año.
por que siempre conseguías sacar flores nuevas de mi,
flores que nunca arrancaste,
y que lejos de ello me convertiste por siempre en tu jardín.

Aunque a veces cactus y otras carnívoras,
siempre besaste cada espina que crecía en mi.
Como decía Juan Ramón Jiménez,
"¡No la toques ya mas, que así es la rosa!"

Y tenía razón,
muchas veces tu esfuerzo se convertía en un arma
y otras en escudo,
y yo nunca supe defenderme.

Pero luego florecía.
Siempre florecía.
Y me llamabas primavera.
Primavera, ventisca,
huracán, mujer,
mariposa y avispa.

Siempre fui una mujer voltaria
y tu posiblemente pocas veces atinabas a regarme
si no era en el momento equivocado.

Pero me mirabas y siempre salían girasoles,
como si en tus ojos se escondiese el sol mas brillante,
las gotas de agua que les falta al desierto,
la tierra mojada en la planta de los pies.

Me mirabas y me sonreían tres amapolas por cada diente.
Siempre hacías de mi boca un precioso ramo de flores,
y de mi, un paraíso.

Me creabas huracanes en los oídos
y un millón de macetas rotas en las manos
y a veces me llamabas desastre natural y te reías.

Y de la comisura de tus labios se querían colgar mis flores
para que todo el mundo las viera,
para hacer de mi jardín un prado cada vez que me besas el hombro,
y te enredas en mi pelo.

Es pelo con el que siempre jugabas
y me decías que era un bosque donde perderse.
Y yo, siempre,
siempre
siempre
cerraba los ojos.

Te imaginaba como parásito por siempre viviendo en mis enredaderas,
correteando por mi vida y en paz,
con una regadera en la mano y el alma en la otra
Y luego me imaginé a mi con pelos de loca.

Pelos de loca, pero flores hasta por las orejas.
Y no sabes que bonito es cuando haces que se me desborde la felicidad
por cada brote que haces crecer de mi alma.