no es un poema.

Los borrachos, los niños y los poetas
siempre decimos la verdad.
Y a veces, somos la misma persona.

A veces ahogamos penas en alcohol,
que nos hacen sentirnos asesinos de sentimientos,
suicidas.

A veces volamos en pájaros,
saltamos desde aviones de papel
y comemos golosinas hasta que se nos piquen los dientes, y el alma.

Y otras tantas, escribimos sobre esto.
Sobre qué somos y por qué.

Yo no soy poeta.
No rimo una mierda
y no es que me importe demasiado.

No soy poeta, soy inmortalizadora.
Tampoco soy una niña,
y no bebo.

A veces no respiro cuando me ahogo
en tus toboganes y columpios llenos de mierda.
Tengo claustrofobia en tus brazos cuando me aprietan demasiado.
Y la última vez que te vi te tiré tu copa a la cara.

Estoy empezando a no aguantar tu sonrisa,
a olvidar que tengo cuadernos donde te escribía y describía.
A guardar en cajas quien era antes
y a besarme cada una de mis heridas y reconstruirme.

Me he perdido y ni mi madre me encuentra.
Me he escondido y mi sombra ha parado de buscarme.
Y yo no quiero que lo haga.

Esto no es un poema, yo no soy poeta.
Soy la peor versión de mi misma.
La que mira de frente a los problemas y grita que se rinde.

Soy la que huye por la puerta de atrás.
Quien no se compra tacones, por que le duele los pies.
Soy la que besa con ganas, y quiere sin fuerzas.

Soy alguien que ni si quiera es.
Y esto no es un poema.
Es mío, y tú nunca lo vas a leer.


(Algo que lleva escrito desde hace bastante tiempo que nunca publiqué pero que ya es hora.)

Comentarios

Entradas populares