Metáforas de amor y otros poemas.

Me has preguntado, 
con el corazón desbordado de lágrimas, 
a punto de marcharse, 
que si nuestra relación es como antes, 
o si eres la única persona que ve que ha cambiado algo entre nosotros. 

No he tenido que rascar mucho en mis sentimientos 
para decirte que estamos tocados, 
pero no hundidos. 

Que no somos una fortaleza que levantar con muros, 
que no debemos construirnos porque cualquier persona podría derrumbarnos, 
por que pesaríamos mucho, 
por que no abría ventanas por las que entrar aire 
y sentir que podemos respirar. 

Por que sería una jaula en la que encerrarnos a vivir, 
a morir, 
a perdernos el mundo entre cementos en nuestros pulmones. 

Y yo soy un pájaro, 
un pájaro que vuela libre, 
que siente el viento en la cara, que sabe volar, 
y quiere enseñarte a hacerlo. 

Quiero poder surcar los mares, 
nómada de abrazos, 
que se me acerquen otros pájaros 
y quedarme para siempre en donde se encuentre 
tu forma novata de batir las alas. 

Quiero que dejes la jaula abierta, 
para quedarme a dormir entre tus plumas, 
marcharme la mañana siguiente
y que tengas la certeza de que voy a volver. 

Que me veas aparecer de lejos, 
y sepas que pronto estaré cerca, 
que no hay ave en mi vida
que sea capaz de besar mi alma, 
como tu lo haces. 

Que no hay jaula mas blanca que la tuya, 
que no hay plumas mas suaves que las mías. 

Que si no me cortas las alas, 
te prometo que me quedo por siempre a tu lado. 
Que si no me pones cadenas, 
te prometo que por siempre me quedo en tu jaula. 

Y que si aprendes a volar conmigo, 
me quedaré por siempre a volar contigo.