me querías aunque fuese en las malas.

Lo que mas me gustaba de ti,
era que, cuando por despiste,
por desgana,
o por tristeza yo me hería,
tu me mirabas en mi silencio 
y besabas mis cicatrices.

Te adueñabas de mi dolor y me quitabas un peso
y un par de traumas de encima.
Decías que tus heridas eran las mías,
y que las mías  tuyas eran.

Siempre supe lo inteligente que eras porque nunca me dijiste que fue lo que te dolió,
pero siempre dolías por mi, dolías por los dos 
Y eso lo compensaba todo.

Restaurabas mi alma 
y hacías balanza con mi vacío para que no pesara tanto.
Solías decir que el amor era la alegría de la sola existencia del otro, 
y solo con esa frase encontrabas la manera
de sostenerme el corazón cada vez que estaba a punto de rozar el suelo.

Me querías aunque la mayoría de las veces fuese en las malas,
por eso descubrí 
solo once veces,
que merecías mas que nadie 
crearme en las buenas.

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