Desigualdades sociales dentro de veinte años

Cuando yo tenga treinta y seis años,
Y el hijo que no tengo tenga ocho,
le llamarán hijo de puta en el colegio.
Vaya insulto, eh
"Hijo de puta". 
Qué bonito, qué halago. Qué machistas.

Le dirán eso típico de 
"Que te den por culo, maricón"
Qué ético, qué romántico. Qué homófobos.

Le llamarán "perro judío"
Le mirarán mal si es mas moreno.
Qué ordenados, qué educados. Qué racistas.

Cuando yo tenga treinta y seis años y mi hijo ocho, 
habrán pasado veinte años,
Y todo seguirá igual que siempre.

Las personas se seguirán pisando entre ellas 
y distinguiéndose por razas, colores, orientaciones sexuales y géneros.
Lo mejor de todo es que ni siquiera os vais a dar cuenta.
Que triste, que triste. 

Vais a presumir de tolerantes, de buenas personas,
de que tenéis un amigo gay 
y de que tu amiga es una revolucionaria, de que no le pegan.
Que tu colegio es mixto, que hay chinos, que hay negros.
Qué sutil, qué tolerante. Qué idiota.

¿La realidad de todo esto? 
No es verdad, no eres tolerante,
no eres simpático, ni inteligente, ni sutil, ni ordenado, ni mucho menos educado.
Señores, despierten, 
esos microinsultos 
también son discriminaciones por las cuales hoy en día luchamos para que desaparezcan.
No lo echen todo a perder 
y piensen un poco mas.

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