Es por que estás herido.

Que si te estás marchando,
y me estás haciendo daño, 
y te lo estás haciendo tu mismo, 
no es por que quieras,

No es por que no me quieras,
ni por que no quieras quererme, 
ni mucho menos, 
por que no te guste en absoluto,
el hoyuelo que se me forma en la mejilla izquierda. 

No es por mis sábanas sucias, 
no es por mi pelo despeinado, 
no es por mi maquillaje corrido un sábado a las 2 de la mañana
no es por mis lágrimas un domingo a las 2 de la tarde 

No es por mi desorden,
ni por el tuyo, 
ni por nuestro caos, 
ni por que hoy te sonría,
y mañana te haga llorar.

No es por que tengas miedo, 
a volver a amar, 
sin ser amado, 
sin poder llenarte 
de eso a lo que la gente mediocre llama 
amor. 

Es por que estás herido, 
por que todavía te duele esa herida
a la que yo no paro de echarle sal,
para intentar destruirla 
y poder creer en ella. 

Es por que no quieres creer en mi
y en todo lo que conlleva echarme de menos
el día que me vaya,
por que me voy a ir.

Es por que no eres capaz
de atreverte
a tirarlo todo por la borda, 
para salvarte a ti mismo.

Por que no arriesgas 
a enamorarte, 
y pierdes 
todo eso
que siempre 

siempre       

siempre

has temido 
pero de lo que nunca

nunca      

nunca

te has podido deshacer.