Guerra fría.

Me desarmas con tus armas
que te mantienen
armado de cabeza a corazón,

Con un puñado de besos
que no me distes, 
unos abrazos a medias,
y un par de mentiras
me atacas sin anestesia, 
declarándome una guerra
que sabes con certeza
que voy a perder. 

Me desafías un par de besos, 
recitando un par de veces 
las ganas de comerme a versos. 

Si no hubiese fallado en esa hoja de reclamaciones
donde te pedí que me devolvieras
las taquicardias que me producías al verte,
quizás ahora no estaríamos en guerra,
quizás ahora mas que desarmarme,
me estarías desnudando 
desde el alma hasta los pies. 

Deja de bombardearme el corazón
con recuerdos que no existen,
que se evaporaron contigo el día que te fuiste  
el día que me dejaste con mil lágrimas por derramar
y con un millón de besos que regalar. 

Si no me hubieses robado todo ápice de felicidad,
quizás hoy no tendría que responderte 
con un par de puñales de indiferencia 
que me dejaste en la mesita de noche
junto a esa miserable carta de despedida 
que guardo desde que no te he vuelto a ver.