No habrá nadie que nos quiera.

Hacía tanto tiempo que no me servías
que hoy has vuelto a empezarme a doler. 
Echaba de menos poder escapar contigo,
huir por la tristeza y hallarme sola entre la gente. 

Echaba de menos tu dolor al tocarme,
echaba de menos sentir algo y hoy tu me has sonreído
y me has pedido que deje de hacerlo yo. 

Me has cambiado un gris realista
por un rosa ilusión. 
Me has dicho que estamos solas, 
por siempre tu y yo, depresión. 

Has acariciado mi piel como tantas veces, 
y me has recordado con qué se llenan los vacíos.
Me has dicho que actúe, que sea la mejor actriz para todos,
menos para ti, que tu me quieres así. 

Que contigo sea yo misma, 
que nunca me vas a juzgar por ser la persona triste que siempre he sido,
que te vas a quedar siempre por muy fría que sea
cuando no me quede respiración en los pulmones. 

Me has susurrado con voz tenebrosa 
que eres mi única salida, 
y yo siempre te he creído
porque de las dos,
tú eres la única que nunca ha mentido. 

Hoy lloran mis muñecas, 
mi alma cierra sus puertas y pide clientes habituales, 
el corazón no late, 
la sonrisa ha muerto. 

Hoy mis ojos están de luto y ya no son azules. 
El color se ha dado a la fuga 
cuando ha visto el peligro por derrumbamiento
al que se aferran los corazones. 

Y aquí estamos, una vez mas, 
entre escombros y ahogadas en el llanto. 
Convencidas de que no habrá nadie que nos quiera, 
si siempre nos queremos los mismos. 

Si siempre nos queremos los mismos. 


Comentarios

Entradas populares